La sala existente se había quedado pequeña para albergar las fiestas del pueblo. De 4,5 metros de ancho, definidos por dos largos muros ciegos de 14 metros de largo e iluminados sólo en los extremos, ampliar esta sala equivaldría a crear un largo pasillo oscuro.

Por eso propusimos construir una segunda habitación en el jardín de proporciones más equilibradas, muy luminosa y con vistas al borde boscoso que bordea la orilla del Arce. El presupuesto inicial sólo preveía una ampliación del edificio existente, para poder ofrecer una nueva habitación al pueblo, racionalizamos y reducimos los elementos constructivos a lo imprescindible, nada de falsos techos, hormigón pulido en el suelo, bandejas de soporte perforadas y aislamiento. también trata la acústica,…

La marquesina periférica permite ampliar la estancia al exterior en las fachadas sur y este, compuesta íntegramente por marcos correderos de altura completa.

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