Situado a lo largo de un camino marcado por tractores y rodeado de galpones agrícolas, el terreno no ofrecía vistas atractivas. Por otro lado, los clientes querían un espacio habitable protegido de la vista exterior. Esto llevó a la solución de construir una casa a lo largo de toda la parcela: 54 metros. El proyecto gira hacia el interior del terreno aprovechando el jardín. Del lado del camino, una larga fachada de hormigón bloquea las molestias y oscurece la vista, protegiendo la casa de los vientos y la lluvia predominantes que vienen del oeste. Para darle cierta delicadeza, perforamos esta pared del óculo.

 

Dispuestos de forma aparentemente aleatoria, animan el pasillo interior. La casa se integra en la topografía, para evitar el enfrentamiento con los edificios agrícolas, de una escala mucho mayor. La cubierta verde era evidente, ya que el edificio se funde con el suelo, como “una franja de tierra que se ha elevado”. Buscamos así potenciar simultánea y recíprocamente los paisajes interiores y exteriores.