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Troyes, ciudad rodeada de bosques, ha desarrollado históricamente una arquitectura predominantemente de madera. Las estructuras con entramado de madera, utilizando la técnica del entramado, se convirtieron en el método de construcción dominante. Esta técnica permitió racionalizar el uso de recursos al sustituir piezas largas de madera por otras más cortas, facilitando así su adquisición y montaje.

 

En 1524, un devastador incendio que duró dos días destruyó gran parte de la ciudad. Tras este desastre, el uso de la madera se redujo gradualmente en favor de la piedra. Sin embargo, su elevado coste limitó el acceso a ella a las clases más pudientes.

 

Las familias modestas, por su parte, reconstruyeron casas con entramado de madera, conocidas como casas calandradas. Estos edificios conservaban la estructura de madera, pero estaban revestidos con un revestimiento decorativo de roble o madera blanca, que simulaba la mampostería. Este tratamiento incorporaba molduras, pilastras y entablamentos, inspirados en el vocabulario de la arquitectura clásica, para reproducir su apariencia sin incurrir en los costos estructurales.

 

El proyecto consiste en la rehabilitación de una casa de este tipo, construida en el siglo XIX y camuflada deliberadamente para simular un edificio de piedra. La planta baja, originalmente destinada a fines comerciales, albergaba, en particular, una carnicería —como lo demuestran los antiguos salazones conservados en la bodega—, mientras que las plantas superiores se destinaron a uso residencial.

 

La obra tiene como objetivo crear un estudio de arquitectura en la planta baja con alojamiento en la planta superior. Los trabajos se limitaron a la restauración de elementos arquitectónicos dañados o deformados por el paso del tiempo, con el fin de respetar el edificio original.

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